Buenas noches a todos,
y como dice el dicho "Todo en la vida tiene un final" (excepto la salchicha que tiene dos, responderían los alemanes). Y es que llegamos al último día completo de nuestra semana en el CRIEC.
El despertar ha sido muy similar al de los días anteriores con una pequeña variación. Hoy sí que las sábanas pesaban un poquito más (se nota el cansancio acumulado).
Con las camas milimétricamente hechas y los armarios escrupulosamente colocados nos bajamos al desayudo.
Croasanes o croissants para los puristas con leche. Eran de mantequilla y y para que rime, una maravilla.
Y empezamos con las actividades (y terminamos con ellas). Siempre recuerdo que hacemos el viaje con mis queridos Dubliners.
Primera actividad: Gymkana por dentro del edificio con sus palabras ocultas dentro de cajas escondidas dentro de armarios que sólo se podían abrir con una llave que se encontraba siguiendo otras pistas. Vamos, todo muy encadenado, apasionante y educativo.
Bocadillos de jamón serrano y al recreo a jugar.
Segunda actividad: Juegos de lógica matemáticos en inglés. Algunos me resultaban complicados a mi, pero la mente clara de un niño, muchas veces es más rápida en lo obvio, contra la mente con prejuicios de un adulto, acostumbrado a enfrentarse a problemas, pero no a soluciones obvias.
Comida con Judías con Chorizo y Pescado.
Tercera actividad: Photogymkana. Y me diréis... ¿Otra Gymkana? Pues sí, pero esta era en exteriores, por el pueblo, buscando, desde objetos corrientes a grandes monumentos para hacerles fotos (Las fotos de esta actividad, las recibirán los alumnos en su momento en sus respectivos colegios. Las de TODOS los grupos, no sólo las de los Dubliners). Nos lo hemos pasado muy bien con la cámara, hemos creado grandes momentos juntos que siempre recordaremos y nos hemos llevado una gran nota.
Merienda y al patio.
Después hemos hecho un Quizz (programa de preguntas) sobre interesantes vídeos.
Ducha reparadora (última ducha en el CRIEC). Con el miedo que les daba al principio y lo normal que lo ven ahora. Si es que no hay nada como hacer algo, para acostumbrarse.
Cena: Sopa y pescado. Kiwis de postre, o mandarinas, o actimeles o las tres cosas. Que no señoras madres y señores padres (no obvio a las abuelas y abuelos), que aquí otra cosa no pero hambre, tampoco.
Ahora están viendo unos cortos (pequeños cortometrajes, escucho desde aquí los aplausos cuando termina uno de ellos y de ahí nos iremos a dormir).
Los lloros de las despedidas, del dame tu número (porque los móviles los tengo yo) el "jo qué bien me lo he pasado", el "a ver si vienes por mi cole" y el clásico "te voy a echar mucho de menos" vendrán mañana después de desayunar.
La hora de llegar al pueblo ya os la diré mañana para no escribir algo hoy equivocado.
Me voy con ellos que yo también quiero verlos antes de que se acuesten.
Buenas noches de nuevo y... hasta mañana ya en persona.
y como dice el dicho "Todo en la vida tiene un final" (excepto la salchicha que tiene dos, responderían los alemanes). Y es que llegamos al último día completo de nuestra semana en el CRIEC.
El despertar ha sido muy similar al de los días anteriores con una pequeña variación. Hoy sí que las sábanas pesaban un poquito más (se nota el cansancio acumulado).
Con las camas milimétricamente hechas y los armarios escrupulosamente colocados nos bajamos al desayudo.
Croasanes o croissants para los puristas con leche. Eran de mantequilla y y para que rime, una maravilla.
Y empezamos con las actividades (y terminamos con ellas). Siempre recuerdo que hacemos el viaje con mis queridos Dubliners.
Primera actividad: Gymkana por dentro del edificio con sus palabras ocultas dentro de cajas escondidas dentro de armarios que sólo se podían abrir con una llave que se encontraba siguiendo otras pistas. Vamos, todo muy encadenado, apasionante y educativo.
Bocadillos de jamón serrano y al recreo a jugar.
Segunda actividad: Juegos de lógica matemáticos en inglés. Algunos me resultaban complicados a mi, pero la mente clara de un niño, muchas veces es más rápida en lo obvio, contra la mente con prejuicios de un adulto, acostumbrado a enfrentarse a problemas, pero no a soluciones obvias.
Comida con Judías con Chorizo y Pescado.
Tercera actividad: Photogymkana. Y me diréis... ¿Otra Gymkana? Pues sí, pero esta era en exteriores, por el pueblo, buscando, desde objetos corrientes a grandes monumentos para hacerles fotos (Las fotos de esta actividad, las recibirán los alumnos en su momento en sus respectivos colegios. Las de TODOS los grupos, no sólo las de los Dubliners). Nos lo hemos pasado muy bien con la cámara, hemos creado grandes momentos juntos que siempre recordaremos y nos hemos llevado una gran nota.
Merienda y al patio.
Después hemos hecho un Quizz (programa de preguntas) sobre interesantes vídeos.
Ducha reparadora (última ducha en el CRIEC). Con el miedo que les daba al principio y lo normal que lo ven ahora. Si es que no hay nada como hacer algo, para acostumbrarse.
Cena: Sopa y pescado. Kiwis de postre, o mandarinas, o actimeles o las tres cosas. Que no señoras madres y señores padres (no obvio a las abuelas y abuelos), que aquí otra cosa no pero hambre, tampoco.
Ahora están viendo unos cortos (pequeños cortometrajes, escucho desde aquí los aplausos cuando termina uno de ellos y de ahí nos iremos a dormir).
Los lloros de las despedidas, del dame tu número (porque los móviles los tengo yo) el "jo qué bien me lo he pasado", el "a ver si vienes por mi cole" y el clásico "te voy a echar mucho de menos" vendrán mañana después de desayunar.
La hora de llegar al pueblo ya os la diré mañana para no escribir algo hoy equivocado.
Me voy con ellos que yo también quiero verlos antes de que se acuesten.
Buenas noches de nuevo y... hasta mañana ya en persona.
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